Weheartit |
Algunos que me seguÃs por twitter sabéis que estos últimos meses he estado inmersa en un proyecto secreto que compete a ilustradores y escritores de este nuestro paÃs. Pues bien. Es demasiado pronto para contaros quiénes forman parte del proyecto. También es demasiado pronto para enseñaros alguna ilustración o para deciros cómo o de dónde obtenerlo.
Pero tengo un nombre. Paratiempo.
¿Y... qué?, os estaréis preguntando con esta cara. Es que es verano, y en verano es imposible jugar al escondite porque no hay sombras y hace demasiado calor como para salir. AllÃ, digo, en Vitoria no tanto. La cosa es que estaba yo un dÃa leyendo bajo la sombra de un buen árbol, y horas después me di cuenta del frÃo que hacÃa. El tiempo habÃa pasado rapidÃsimo, y yo no habÃa leÃdo tantas páginas... Asà que me puse a pensar.
El tiempo se puede alterar, podemos alargarlo o reducirlo como un chicle Boomer -¿qué fue de ellos, por cierto?-, pero no podemos congelarlo, no podemos atraparlo entre nuestras manos e impedir que siga su curso. ¡Y eso me da tanta pena! Hay momentos que merecen ser para siempre. La sonrisa de un niño. El siseo de un bosque. Las olas rompiendo el acantilado...
Las fotos están bien, pero tras muchas pruebas y estudios camino a Ninguna Parte, hemos hallado la manera definitiva de inmortalizar momentos. Es una herramienta compleja y peleona, y no os hacéis una idea de las rabietas que nos hemos pegado cuando no conseguÃamos unir cada cable con su color.
Paratiempo es una bomba de relojerÃa. Literalmente.
La culpa fue del cha cha chá, ¡lo juro! |
Tengo las manos atadas y una mordaza en la boca. La ambición del Paratiempo es grande, libre y llegará lejos. No por nada el equipo es inmejorable, aunque también buscaremos ayuda en el Exterior. La tarea de uno es esencial para el siguiente, que a su vez es el anterior del próximo. Nos necesitamos, y eso es bonito, pero también terrible.
La clave está en leer entre lÃneas.